"Muy indignado quedó un hombre que en la noche del domingo llegó frente a
un edificio de la carrera 78A con calle 33A, porque descubrió que el
objeto que sobrevolaba el noroccidente de Medellín y aterrizó en la
terraza de un complejo habitacional, era una cometa y no un Ovni.
Carlos Corrales, vigilante de la unidad, comentó que el hombre pedía que lo dejara entrar, "porque quería que se lo llevaran los extraterrestres", cuya nave se había posado sobre la terraza del piso 11 de la edificación.
Pero cuando vio que se trataba de una cometa del tipo papagayo luminoso, cambió de opinión y les pidió a los dueños que le dieran la fórmula para hacer una similar.
El "objeto volador no identificado" que tanta curiosidad, expectativa y hasta pánico causó cuando sobrevolaba el cielo del suroccidente de Medellín, el domingo en la noche, era solo una diversión con una cometa que, José Andrés Velásquez, un muchacho de 14 años, había comprado hace un mes en una glorieta de la ciudad, por 50 mil pesos.
Marleny Velásquez, madre del adolescente, indicó que les gusta elevar la cometa de noche debido a los fuertes vientos que hace en la terraza de su apartamento.
"El viernes se elevó tanto que no se veía y para no perderla y aprovechando que viene diciembre, mi hijo decidió ponerle luces, para lo cual llamó a un tío, con quien se fue para La Cascada y compraron seis bombillitos del tipo Leds y seis pilas de reloj", dijo.
Con la orientación del tío, el muchacho cosió con hilo en las puntas del papagayo el sistema de iluminación y el domingo a las 6:00 p.m. se fueron a elevarlo con seis tambores de nailon.
"Al principio el sol no dejaba ver la iluminación pero pasadas las siete de la noche hizo mucho viento y la cometa se confundió con las nubes. Eso permitió que las luces titilaran y se vieran más bonitas, pero no nos imaginábamos que estábamos causando tanta conmoción en casi media ciudad".
Sólo pasadas las 10:30 p.m., cuando mermó el viento, "empezamos a recobrar el hilo y cuando miramos para abajo vimos, con susto y risa, la cantidad de gente que se había aglomerado frente al edificio", relató la madre del joven diseñador de la curiosa cometa.
Don Carlos, el vigilante, retomó la palabra y dijo que "como no tiene comunicación con el último piso no les podía informar lo que estaba ocurriendo abajo y en los alrededores. Había gente hasta llorando, porque nos habían invadido los alienígenas y otros rezaban", anotó.
Andrés nunca pensó que su ingenio iba a conmocionar a gran parte de la ciudad, pero invitó a los medellinenses para que en diciembre utilicen, a cambio de globos, cometas como la suya para hacer ver en Navidad el cielo de Medellín más bonito y divertido. Y lleno de "Ovnis"."
Carlos Corrales, vigilante de la unidad, comentó que el hombre pedía que lo dejara entrar, "porque quería que se lo llevaran los extraterrestres", cuya nave se había posado sobre la terraza del piso 11 de la edificación.
Pero cuando vio que se trataba de una cometa del tipo papagayo luminoso, cambió de opinión y les pidió a los dueños que le dieran la fórmula para hacer una similar.
El "objeto volador no identificado" que tanta curiosidad, expectativa y hasta pánico causó cuando sobrevolaba el cielo del suroccidente de Medellín, el domingo en la noche, era solo una diversión con una cometa que, José Andrés Velásquez, un muchacho de 14 años, había comprado hace un mes en una glorieta de la ciudad, por 50 mil pesos.
Marleny Velásquez, madre del adolescente, indicó que les gusta elevar la cometa de noche debido a los fuertes vientos que hace en la terraza de su apartamento.
"El viernes se elevó tanto que no se veía y para no perderla y aprovechando que viene diciembre, mi hijo decidió ponerle luces, para lo cual llamó a un tío, con quien se fue para La Cascada y compraron seis bombillitos del tipo Leds y seis pilas de reloj", dijo.
Con la orientación del tío, el muchacho cosió con hilo en las puntas del papagayo el sistema de iluminación y el domingo a las 6:00 p.m. se fueron a elevarlo con seis tambores de nailon.
"Al principio el sol no dejaba ver la iluminación pero pasadas las siete de la noche hizo mucho viento y la cometa se confundió con las nubes. Eso permitió que las luces titilaran y se vieran más bonitas, pero no nos imaginábamos que estábamos causando tanta conmoción en casi media ciudad".
Sólo pasadas las 10:30 p.m., cuando mermó el viento, "empezamos a recobrar el hilo y cuando miramos para abajo vimos, con susto y risa, la cantidad de gente que se había aglomerado frente al edificio", relató la madre del joven diseñador de la curiosa cometa.
Don Carlos, el vigilante, retomó la palabra y dijo que "como no tiene comunicación con el último piso no les podía informar lo que estaba ocurriendo abajo y en los alrededores. Había gente hasta llorando, porque nos habían invadido los alienígenas y otros rezaban", anotó.
Andrés nunca pensó que su ingenio iba a conmocionar a gran parte de la ciudad, pero invitó a los medellinenses para que en diciembre utilicen, a cambio de globos, cometas como la suya para hacer ver en Navidad el cielo de Medellín más bonito y divertido. Y lleno de "Ovnis"."
Extraído de: C.elCOLOMBIANO
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